CIUDAD DE PANAMÁ (AP) — Diez migrantes se ahogaron al intentar cruzar un río caudaloso en el Tapón del Darién, en Panamá, que limita con Colombia, informaron el miércoles las autoridades panameñas.
El Servicio Nacional de Fronteras indicó en un comunicado que las víctimas fueron arrastradas por la fuerte corriente y sus cuerpos fueron vistos posteriormente cerca de la comunidad indígena de Carreto.
Un funcionario de la agencia que no estaba autorizado a hablar públicamente sobre el caso dijo bajo condición de anonimato que se creía que los ahogamientos ocurrieron el 16 de julio, pero el área era tan remota que recién ahora pudieron divulgar la información.
La Fiscalía está investigando los detalles, incluida la nacionalidad de las víctimas, dijo el funcionario. Más de la mitad de los migrantes que cruzan el Darién provienen de Venezuela.
Más de 500.000 migrantes emprendieron la peligrosa travesía por la frontera selvática en un 2023 récord. En lo que va del año, más de 212.000 han ingresado a Panamá a través del Darién.
Es temporada de lluvias en Panamá, lo que hace más peligrosos los numerosos ríos que deben cruzar los migrantes.
El nuevo presidente panameño, José Raúl Mulino, se ha comprometido a detener la migración a través del Darién con ayuda del gobierno de Estados Unidos.
Antes de que se anunciaran estas 10 muertes, al menos 29 migrantes habían muerto al intentar cruzar el Darién, según la policía fronteriza de Panamá. El año pasado, la policía registró 84 muertes.
En el Darién se producen ahogamientos periódicamente, especialmente durante la temporada de lluvias, pero las autoridades dijeron que este fue uno de los mayores números de muertes por ahogamiento que puedan recordar.
En febrero, cinco migrantes afganos se ahogaron y uno desapareció frente a la costa cuando intentaban ingresar a Panamá en barco desde Colombia.
Los ahogamientos de la semana pasada se produjeron apenas unos días después de que el gobierno panameño bloqueara algunas rutas populares con alambre de púas en un intento de canalizar a los migrantes hacia un punto central de recepción. En otras partes del mundo, incluida la frontera suroeste de Estados Unidos, las medidas de control en algunos lugares a menudo empujan a los migrantes a rutas más riesgosas y remotas.
El comunicado del Servicio Nacional de Fronteras del miércoles dijo que a pesar de los esfuerzos por bloquear algunas rutas, “el crimen organizado transnacional a través de colaboradores locales en las comunidades costeras del Caribe insiste en utilizar caminos no autorizados poniendo en grave riesgo las vidas de estas personas”.
MATURÍN, Venezuela (AP) — Un mercado municipal en el este de Venezuela está repleto de clientes de fin de semana que esperan conseguir un buen trato en los puestos de frutas, verduras, carne, queso y productos no perecederos. Algunos cargan plátanos, galletas de yuca, harina de maíz o medio cartón de huevos de camino a casa.
Cruz Brito, profesora de secundaria, está parada al otro lado de la calle en medio del olor a pescado que se aferra al aire cálido y húmedo de Maturín. Tiene alrededor de 27 dólares en su cuenta bancaria y una sola lata de sardinas en casa. Faltan cinco días para que reciba su próximo sueldo y su hija mayor necesita útiles escolares para el día siguiente. Así que se marcha con las manos vacías. Tal vez la tienda de su vecindario le venda un par de cosas a crédito.
Tras 11 años de compleja crisis en el país, los días de escasez de alimentos han quedado prácticamente atrás, pero como muchos ganan menos de 200 dólares al mes, obtener lo esencial es una lucha constante para las familias de las zonas rurales y urbanas por igual. La gente tiene un segundo y tercer empleo, inicia pequeños negocios, intercambia servicios y apuesta para juntar dinero, pero aun así cada decisión parece implicar una calculadora y un calendario.
Esas angustiantes matemáticas son una de las razones por las que el poder del partido gobernante parece vulnerable en las elecciones presidenciales del domingo.
Brito reza por un nuevo presidente, y, por extensión, por el fin de la aflicción que en ocasiones la ha dejado sin esperanza.
El lunes fue el día más caluroso registrado nunca, superando el récord establecido en la víspera, mientras países de todo el planeta, desde Japón a Bolivia o a Estados Unidos, siguen bajo la influencia de las altas temperaturas, según la agencia europea de cambio climático.
Los datos satelitales provisionales publicados por Copernicus a primera hora del miércoles mostraron que el lunes se batió la marca del día anterior en 0,06 grados Celsius (0,1 grados Fahrenheit).
Los científicos del clima afirman que el mundo está ahora igual de caliente que hace 125.000 años debido al cambio climático causado por el hombre. Aunque no pueden asegurar que el lunes haya sido el día de más calor a lo largo de ese periodo, no se habían visto temperaturas medias tan elevadas desde que los humanos desarrollaron la agricultura.
El aumento de las temperaturas en las últimas décadas coincide con lo que los climatólogos predecían que ocurriría si se seguían quemando combustibles fósiles a un ritmo cada vez mayor.
“Estamos en una época en la que, con frecuencia, los registros meterológicos y climáticos van más allá de nuestros niveles de tolerancia, lo que resulta en una pérdida insalvable de vidas y medios de subsistencia”, dijo Roxy Mathew Koll, científico climático del Instituto Indio de Meteorología Tropical.
Los datos preliminares de Copernicus muestran que la temperatura media global del lunes fue de 17,15 ºC, o 62,87 ºF. Más allá de los de esta semana, el récord previo databa del año pasado. Hasta entonces, el día de más calor se había registrado en 2016, con una temperatura promedio de 16,8 ºC o 62,24 ºF.
MARACAIBO, Venezuela (AP) — En la recta final de las elecciones presidenciales en Venezuela, la oposición se jugó el martes una importante carta con una movilización en la capital del estado de Zulia, que será decisivo en las votaciones del domingo por concentrar el mayor número de electores del país.
Entre un mar de banderas venezolanas y al grito de “¡y va caer, y caer, este gobierno va caer!”, varios miles de personas se concentraron en una de las principales avenidas de la ciudad de Maracaibo para acompañar la caravana encabezada por la líder opositora María Corina Machado y el candidato de la coalición Edmundo González.
Durante la visita a la ciudad occidental, Machado aprovechó para denunciar que las autoridades electorales no están permitiendo la acreditación masiva de los miles de testigos opositores que estarán en las mesas de votación el 28 de julio, e indicó que la situación fue reportada a los observadores internacionales. Hasta el momento el organismo electoral no se ha pronunciado sobre el caso.
La ciudad de Maracaibo, que en los últimos años ha padecido los rigores de la crisis económica con recurrentes fallas en los servicios eléctrico y de agua, fue el escenario del penúltimo acto de campaña opositor.
Entre la multitud estaba, Lornay Beatriz, una docente de 37 años, levantando una pancarta en la que se leía “juntos por una Venezuela próspera. No más apagones, colas, migración, división, y el regreso de la familia”, saludó a Machado y González que se trasladaban en la parte trasera de un camión.
La mujer no pudo evitar que se le llenaran los ojos de lágrimas al hablar de su hermana que migró junto a su hijo hace cinco años a Perú, afirmó que espera que un eventual triunfo de la oposición permita que “la mayoría de los venezolanos que están afuera regresen a donde pertenecen, a su país”.
BRASILIA, Brasil (AP) — El presidente venezolano Nicolás Maduro debe respetar los resultados de las elecciones previstas para el domingo, señaló el lunes su homólogo brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, que dijo estar “asustado” por la referencia de Maduro de un posible baño de sangre postelectoral.
El mandatario brasileño enviará a un alto diplomático a la vecina Venezuela para que funja como observador de las elecciones.
“Maduro sabe que la única posibilidad para que Venezuela vuelva a la normalidad es tener un proceso electoral que sea respetado por todos”, dijo Lula a los periodistas en la residencia presidencial de Brasilia. “Tiene que respetar el proceso democrático”.
Maduro ha gobernado Venezuela desde 2013, asumiendo el poder tras la muerte de su predecesor y mentor Hugo Chávez. El hombre de 61 años ganó unas elecciones que sus adversarios consideraron que no fueron libres ni justas. Su reelección de 2018 fue ampliamente considerada una farsa, ya que a los principales partidos y candidatos de la oposición se les prohibió participar.
Su principal adversario será Edmundo González, un exdiplomático elegido por la coalición opositora para reemplazar en las urnas a la lideresa María Corina Machado.
“Si Maduro quiere contribuir a que el crecimiento regrese a Venezuela, a que la gente que salió de Venezuela regrese y a establecer un estado de crecimiento económico, necesita respetar el proceso democrático”, sostuvo Lula.
Lula, que durante muchos años se negó a criticar abiertamente al mandatario venezolano, anunció que enviará al exministro de Relaciones Exteriores Celso Amorim como observador de las elecciones del domingo. También estarán presentes otros observadores brasileños.
“Me asusté con la declaración de Maduro de que si pierde habrá un baño de sangre. Cuando pierdes, te vas a casa y te preparas para contender en otras elecciones”, subrayó Lula.
En las últimas semanas, Maduro y sus aliados han incrementado sus referencias de violencia postelectoral, afirmando que la oposición llevará a cabo protestas violentas y rechazará los resultados, que según el partido gobernante lo mostrarán victorioso.
“El destino de Venezuela, en el siglo XXI, depende de nuestra victoria el 28 de julio”, aseveró Maduro en un mitin este mes. “Si no quieren que Venezuela caiga en un baño de sangre, en una guerra civil fratricida producto de los fascistas, garanticemos el más grande éxito, la más grande victoria de la historia electoral de nuestro pueblo”.
Lula añadió que intentó hablar con el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, en nombre del papa Francisco, sobre la decisión del mandatario izquierdista de expulsar a más de una docena de sacerdotes católicos romanos de la nación centroamericana. Pero Ortega no ha contestado el teléfono, afirmó el presidente brasileño.
“Nicaragua se ha convertido en un problema para Nicaragua”, dijo Lula, añadiendo que está abierto a dialogar con otros gobernantes, incluido el presidente argentino Javier Milei.
“Pero primero necesita disculparse”, añadió Lula. Milei ha criticado a su homólogo brasileño y ha evitado hablar de él desde que asumió la presidencia.
Lula, que a sus 78 años está al frente del gobierno brasileño por tercera ocasión, también señaló que respeta profundamente al mandatario estadounidense Joe Biden por tomar la decisión de retirarse de la contienda como candidato del Partido Demócrata para las elecciones de este año. Afirmó que trabajará con quien resulte ganador.
“Ya sea un candidato demócrata o (el candidato republicano, Donald) Trump, nuestra relación será una relación civilizada entre dos países importantes”, puntualizó.
La periodista de The Associated Press Regina García Cano contribuyó a este despacho desde Caracas.
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