
Miles de personas se reunieron en el Jardín Sur de la Casa Blanca para la ceremonia de bienvenida, escuchando las presentaciones de la violinista Vibha Janakiraman y el grupo a cappella Penn Masala. Cuando llegó Modi, la multitud —incluyendo a muchos miembros de la diáspora india vestidos con sari y shalwar kameez— corearon “Modi, Modi, Modi”.
“Todos los ojos están puestos en las dos democracias más grandes del mundo, India y Estados Unidos”, dijo Modi cuando los mandatarios se reunieron en la Oficina Oval. “Creo que nuestra asociación estratégica es importante. Confío en que trabajar juntos será un éxito”.
Con Modi a su lado en la ceremonia de bienvenida anterior, Biden dijo que cree que la relación entre Estados Unidos e India “será una de las relaciones definitorias del siglo XXI. Desde que me convertí en presidente, hemos seguido construyendo una relación basada en la confianza mutua, la franqueza y el respeto”.
Pero mientras Biden elogia a Modi, defensores de los derechos humanos y algunos legisladores estadounidenses cuestionan la decisión del presidente demócrata de ofrecer el alto honor a un líder cuyo mandato de nueve años en la democracia más grande del mundo ha visto un retroceso en las libertades políticas, religiosas y de prensa.
Funcionarios del gobierno de Biden consideran que honrar a Modi, el líder del conservador partido nacionalista hindú Bharatiya Janata, es diplomacia básica. La relación entre Estados Unidos e India será vital en las próximas décadas, ya que ambos países se están enfrentando a una China en ascenso, la enormidad del cambio climático, la inteligencia artificial, la resiliencia de la cadena de suministro y otros temas.